¿Dificultades en aumento?

San Juan 11:1 - 44

Seguramente estará de acuerdo conmigo que la vida es una aventura maravillosa donde vivimos experiencias que muchas veces suben nuestra adrenalina.
¿Y cuantas veces se le subió su adrenalina por estar enfrentando un problema? Me imagino que varias. Pero no tanto como a Marta y Maria esperando que Jesús viniera a resucitar a su hermano. Esa fue una crisis familiar, cuestión de vida o muerte.
Maria y Marta conocían muy bien a Jesús, sabían que El tenía el poder para sanar a Lázaro. Por eso que su primer impulso fue mandar a llamar a Jesús.

Y esa también debe ser nuestra primera reacción cada vez que enfrentamos un problema, recurrir  a El.
Lo primero que recibirá de El es fuerzas para enfrentar esa situación difícil, lo segundo es claridad en su mente para descubrir los pasos a seguir.

Cuando Jesús conoce lo que esta sucediendo en la casa de Lázaro y el pedido urgente de sus hermanas, no salio corriendo a Betania, la Biblia dice que le dijo a sus discípulos que retrasen dos días la partida. Parece locura, sus amigos lo necesitaban pero El se atraso.
Y luego más locura  ( vers. 14 y 15), Jesús espero que Lázaro muriera y se alegro de no haber estado allí. ¿Que clase de amigo era Jesús? Un amigo que excita tu fe.

A veces queremos manejar al Señor diciéndole el momento exacto para resolver ese problema agobiante, y El se retrasa y la solución no aparece, y nosotros nos llenamos de sentimientos de abandono y menosprecio porque creemos que Dios no nos escucha.
En realidad lo que quiere es excitar tu fe, que la aumentes, que te mantengas creyendo a sus promesas, cuando la respuesta se retrasa.

Marta estaba segura que Jesús podía hacer un milagro ( vers. 22), pero no sabia como. Su hermano estaba muerto hacia cuatro días y despedía olor. (vers. 39)
Pero Jesús le recuerda (vers. 40): “¿No te he dicho que si crees veras la gloria de Dios?”          
¡Y Lázaro resucito!

No te veas muerto, no te veas vencido ni acabado. Créele a Dios y a sus hermosas promesas de paz, salud, prosperidad y bienestar. Establécelas en tu mente, créelas con tu corazón y háblalas con tu boca y tu Lázaro ¡resucitará! 

Pra. Lidia Diaz

 

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